miércoles, febrero 16, 2005

¿Los best sellers del futuro?

Ya existen programas que generan párrafos de ficción. Hasta qué punto ponen en riesgo la vida del escritor.

Hoy por hoy, los escritores y las computadoras se entrelazan en un abrazo disfuncional tan perdurable que es muy difícil distinguir quién es quién. Ambos se apoyan plenamente en la memoria, por ejemplo. Ocasionalmente, se oye hablar de algún novelista tecnófobo que huye de las PC, pero la verdad es que la mayoría no sabríamos qué hacer sin ellas. Si a la mía la reto o la maldigo, es en parte por resentimiento debido a nuestra miserable codependencia.
Imagine entonces el golpe a mi vanidad cuando descubrí hace un tiempo que las computadoras pueden arreglárselas bastante bien sin los escritores.
Esto no es ciencia ficción. Con poco ruido, las PC empezaron a escribir sin nosotros, los escribas. Están perfectamente capacitadas para hacer prosa de no ficción, y aunque todavía no se vea amenazada la reputación de Henry James, las computadoras pueden hasta generar breves trozos de ficción que probablemente sean superiores a lo que la mayoría de los seres humanos podrían generar. Observe el comienzo de un cuento corto que trata el tema de la traición:

"Dave Striver amaba la universidad: sus torres de reloj cubiertas de hiedra, su construcción de ladrillo antigua y maciza y sus prados verdes salpicados de sol, y la impaciente juventud. La universidad, contrariamente a la opinión popular, está lejos de considerarse libre de las acartonadas e implacables pruebas características del mundo de los negocios: la academia tiene sus propias pruebas y algunas son tan despiadadas como cualquiera de las del mercado. Un buen ejemplo es la defensa de la tesis. Para obtener un doctorado, para llegar a ser doctor, hay que pasar un examen oral sobre la propia tesis. Esta era una prueba que al Profesor Edward Hart le gustaba dar."

Este párrafo de apertura lo escribió el programa Brutus.1, que desarrollaron Selmer Bringsjord, un especialista en informática del Rensselaer Polytechnic Institute y David A. Ferrucci, un investigador de I.B.M.
Que hasta ahora ninguna PC haya escrito una gran novela puede ser porque están sujetas a desventajas que también padecen los escritores humanos.
Primero, ¡escribir es difícil! Pese a que las PC pueden escribir sin las trabas de la propia voluntad, el whisky o el divorcio, la falta de experiencias vitales o de emociones pesa más que todas las ventajas juntas. Segundo, y esto es demasiado familiar para los escritores de ficción vivientes, no hay dinero involucrado.
Lo que se ha logrado hasta aquí asusta. Y, seguramente, habrá más logros gracias a los rápidos avances de la potencia de los sistemas y el surgimiento académico de la narratología (estudio de la forma como se cuentan las historias), entre otras tendencias malsanas que hace peligrar aún más la vida del escritor.
Las PC han estado ayudando a los plagiadores. Inclusive hay un soft de escritura de ficción, que viene "con 2.363 situaciones narrativas". El profesor Bringsjord está elaborando un marco lógico para el problema del demonio, con la esperanza de que una PC pueda próximamente escribir ficción sobre ese tema. No deja de ser preocupante que, tarde o temprano, las PC sean las que monopolicen las listas de best sellers.
Pero afortunadamente, los escritores de carne y hueso estamos lejos de perder la batalla. Las computadoras no pueden crear narrativas usando sólo la fuerza bruta de la computación. Puede ser divertido pensar que, 10 mil monos tipeando durante 10 mil años tarde o temprano terminarían escribiendo El Paraíso Perdido pero esto se aleja tanto de la realidad de los simios como de la del silicio. Entre las novelas de Daniel Akst figuran The Webster Chronicle y St. Burl's Obituary.

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